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domingo, 18 de febrero de 2024

APUNTES SANITARIOS

 

En los últimos tiempos el tema de la sanidad pública se ha puesto en la diana por diferentes causas, la peor de todas es el tratamiento nefasto de los medios de comunicación que solo quieren víctimas medio reventadas, cuantas más mejor. Estoy a un paso de los sesenta y toda mi vida he oído decir que la sanidad está mal, yo ahora me tengo que ceñir a Osakidetza que a pesar de gozar de una buena fama también dispone de soplapolleces variadas que se arrastran desde tiempo inmemorial. Al igual que la sanidad del resto de autonomías también existe el problema de la rapidez de las consultas, claro que aquí hablamos de retrasos de semanas y por ahí fuera computan en meses y en años, todo gestionado por una equivalente chusma de impresentables. Hace ya mucho tiempo que le vi las orejas al lobo pero como todo quisqui me tengo que aguantar el percal porque no puedo permitirme pagar un robo descarado de atención privada y además en mi estado ningún seguro de mierda me acogería en sus listas.


Ser un paciente crónico con visitas médicas frecuentes durante años te da otra visión del sistema muy diferente de la que da la odiosa prensa y los asquerosos canales de televisión que consiguen que gente que no ha pisado un ambulatorio en su vida diga pestes del sistema sanitario. Como todas las organizaciones la sanidad está compuesta por personas y ya sabemos que el ser humano trae de serie la capacidad de meter la pata, en este asunto de forma demoledora. Los que gestionan el sarao saben de medicina y de atención al paciente lo que yo de física cuántica aplicada al tránsito de autobuses por los agujeros negros, además el estilo habitual de gobierno de todos los partidos no es apoyar a todos los ciudadanos sino joder al que no les vota a pesar de los daños colaterales. Sin embargo no nos quedemos ahí, los currantes tampoco son las hadas madrinas que salen en las encuestas, se les valora mejor porque dan la cara pero veremos que muchas veces merecen un par de tortas.


En mi tránsito por la atención médica he vivido multitud de interconsultas, médicos de una especialidad que te dan cita para otra, y siempre me encontraba con el mismo ambiente de caretos enfurruñados que mostraban enfado seguido de la preguntita de marras: ¿quién te ha mandado aquí?. No dejaba de sorprenderme hasta que un día Mikel un médico buen amigo mío que me atiende desde hace veinte años me advirtió que no hay colaboración entre especialidades médicas en el hospital es decir, cada una va a su rollo y como si dinamitan las otras. Ellos a su puta bola y que no les toquen los cojones, yo ya me había dado cuenta de que cada una funciona de distinta forma en el tema burocrático y me llamaba mucho la atención.


Otra cosa que me saca de quicio son los corrillos, es muy habitual en la recepción del ambulatorio que tiene cuatro ventanillas que solamente funcione una mientras que los operarios de las otras tres estén de risas en una mesa apartada del mostrador. Las colas de pacientes son kilométricas pero no les preocupa un pijo, luego cuando les da por atender a alguien todo son sonrisas y buen rollito pero en la última hora solo han currado cinco minutos. Esto también es muy habitual en los controles de habitaciones del hospital y en los mostradores de información y citas. También tenemos las tertulias de médicos en los pasillos fuera de sus consultas mientras los pacientes los miran flipados desde sus asientos de las áreas de espera.


Continuas obras y cambios de ubicación de secciones son muy habituales, todo depende de por donde le de el aire al que manda. A veces te instalan equipamientos de lujo asiático y luego cuando cambia la dirección les da por el zen monástico y te plantan instalaciones minimalistas hasta en los grifos. La sección de neurología de cuando me diagnosticaron la esclerosis no tiene nada que ver con lo que es ahora y no ha sido por renovación sino por cambiar de sitio el mobiliario y suprimir departamentos. En Donosti antiguamente al hospital se le llamaba Ciudad Sanitaria porque era una especie de barrio compuesto por varios hospitales que funcionaban cada uno a su pedo, hoy en día están conectados entre si y es un curioso edificio de varios estilos a la vez, todavía hay zonas que precisan de una renovación urgente.


Osakidetza tiene un problema de corporativismo bastante gordo que funciona de puta madre, huelgas continuas por sectores. Primero las enfermeras, luego cuando consiguen lo suyo vienen los conductores de ambulancias seguidos cuando triunfan por el personal de limpieza o por los médicos, así todos los departamentos, el resultado es el conflicto permanente y la decoración perenne de pancartas en las instalaciones dando por culo a los pacientes. No se juntan entre ellos ni para tomar cervezas, cada grupo a lo suyo y todos pretenden reforzar su posición de intocables. Siempre he pensado que todos los sindicatos sanitarios se lo deberían de mirar, no se si son organizaciones sociales o cuadrillas de amiguetes. De todas maneras aquí en la sociedad funciona todo igual destacando el sector sindical sobre todo en el variado empleo público que bate récords convocando huelgas que solo buscan apuntalar privilegios.


Tras estas pequeñas puntualizaciones, no son las únicas precisamente porque si hablamos de favoritismos y coladeros de amiguetes para acelerar procesos médicos llenamos un tomo del Larousse, cabe indicar que los afortunados luego te lo venden muy bien. Enhorabuena a los curritos sanitarios con su estrategia de sonrisas profiden y discursitos de peloteo tras tocarse los cojones con los pacientes que se van a su casa encantados con la atención recibida aunque no les hayan dado ninguna solución a lo suyo. Existe un doble rasero de espanto en el personal sanitario, luego te dicen que lo pasan fatal con toda su cara de cemento. Veremos lo que pasa en el próximo decenio donde se va a jubilar buena parte del personal pedigüeño hasta las trancas.


Yo no me quejo del trato que me han dado estos años y he visto con agrado la enorme reducción de la burocracia que ha traído la informatización. No soy tonto, he detectado en este trayecto unas cuantas peinetas invisibles al salir de consultas mientras me dirigía a la salida. Días malos tenemos todos pero como pilles a un médico de mala gaita al pasar consulta tienes más peligro que si intentas acariciar a un tiranosaurio en el jardín. Desde luego me siento afortunado de sobrevivir en una sociedad que valora el dinero como un Dios y que condena a la mierda absoluta a quien no produce beneficio. Visto lo visto también citaré que los pacientes tampoco somos los teletubbies pero eso se quedará para otro post.



Es de sobra conocido que cualquier organización o empresa con

personal variado es un nido de cuervos donde los picotazos están a

la orden del día. Da igual las reglas que tengan e incluso en sitios

donde se exige disciplina se machacan los huevos por igual.


No os toméis esto como un panfleto crítico para poner a caldo la

atención pública. Yo estoy atendido estupendamente y muy contento

con el servicio que me dan pero como a cualquier hijo de vecino hay

detalles que me rayan. Nadie es perfecto.


Es evidente que no solo la política destroza el sistema sanitario, hay

que poner en el punto de mira a toda su nómina laboral porque vaya

tela con algunos simpáticos empleados.


Para terminar iré con la animación que hoy os la pongo un poco

extensa y si sois como yo que no tenéis ni zorra idea de inglés

os aconsejo poner subtítulos. El corto es una delicia.


(Pulsar aquí para ver "Oma's Quilt")





miércoles, 7 de febrero de 2024

SÁLVESE QUIEN PUEDA

 

Desde hace tiempo el entramado social acumula agujeros por todas las esquinas, tantos que parece un colador, no descubro nada nuevo ni tampoco es esta una época diferente a otras que también sufrieron perforaciones. Ese pasado tan majo que hemos modelado con toda la jeta a nuestra conveniencia también está plagado de idioteces variadas. El día en el que el ser humano fue consciente de si mismo una de las primeras cosas que decidió fue hacer lo que le saliese de las pelotas, mira que ha llovido y ahí sigue. No estoy aquí para hablar de historia natural aparte que mi dominio del tema es ridículo, hasta que el sol colapse o se produzca una tragedia cósmica el mundo no se va a acabar. Lo que si se terminará es la actual estupidez que será sustituida por otra equivalente en el caso de que no nos carguemos el medio en el que vivimos y eso al planeta se la sopla, seguirá dando vueltas.


Pero mira por donde estamos aquí metidos en este sopicaldo y hemos puesto tantas especias que no hay Cristo que se lo coma. Naturalmente como cualquier pelagatos yo tengo mi ideario que por circunstancias variadas de mi vida en los últimos años se me está cayendo a cachos. He ordenado mi vida de forma tranquila a mi manera con sus leñazos incluidos pero el tema social se me está atragantando: ¿de qué cojones me fío?. Cada uno se monta su película y piensa totalmente convencido que el modo de actuar que sigue y las ideas que gasta son las correctas, luego llega la realidad y te pegas unas hostias de espanto. Ya no se que creerme pero lo peor es que aunque navegue siguiendo una corriente no me como una mierda si no estoy dentro del grupo de tarados que pilota el barco.


Esta muy de moda la afirmación de que todos mienten y manipulan, los medios llevan decenios metidos en el fregado y cuentan hoy en día con la ayuda de internet, como te pillen un poco desvalido te destrozan. La tele no la veo pero muy mal debe de estar para que la Rubia no le haga ni caso al canal del cotilleo y ponga la radio como ruido de fondo. En mi sistema de vida la duda siempre ha sido protagonista porque mira que me han puteado a saco pero ahora es que me la planteo para la chorrada más absurda. Estoy de acuerdo en que hay que valorar bien las cosas aunque también hay que vivir un poco sin estar todo el día como la estatua del pensador de Rodin, al final te da un calambre en el brazo.


Hay síntomas de hastío y además se nota que tras la pandemia la gente ha salido muy tocada del bolo, es natural porque ante un imprevisto que te obliga a quedarte encerrado o te adaptas o te vuelves tarumba. Que habría que regular más las cosas es algo bastante evidente pero con una clase política totalmente infantil es mejor dejarlos jugar con el peluche, a lo mejor paran cuando le arranquen un ojo. Si durante tu vida has estado siempre rodeado de gilipollas es normal que cuando tu generación llega al poder se llenen las instituciones con una plaga de imbéciles. Es impresionante el nivel de codicia con el que vivimos y como lo defendemos con uñas y dientes sin que la cosa tenga pinta de cambiar.


Yo ya veía venir cosas hace tiempo, hombre ninguna predicción exacta de nada pero sabía que tarde o temprano la mierda tendría que salir. Si tu cuentas lo que veías hacer a la gente de tu edad en tu juventud todo el mundo se te echa encima, que va tío eso no es así pero ahora observas como van sus vidas y se te cae la dentadura al suelo. Lo poco que hoy en día se de mis amigos de esa época mejor no mentarlo porque me pillo una depresión de caballo. Fui consciente del desastre cuando a los veinticinco conocí a Rafa que tenía dieciocho, cordobés cerrado hasta la médula con el que necesitabas subtítulos, bueno y trabajador como pocos... era analfabeto y ya estábamos en los noventa. Treinta años han pasado y culturalmente no ha cambiado nada en este solar de cabras, se han aseado un poco las formas pero sigue habiendo licenciados con tremendas faltas de ortografía.


Cuando hablas en ese plan hay que tener en cuenta eso de que a ver quien te crees que eres, mi mente aparte de estar físicamente enferma y deteriorada también hace aguas por no pocos agujeros. Si vivo metido en ese ambiente tan cutre que describo será porque me da la gana ¿no?. Si hay algo diferente por favor ruego notificación y no me vale ninguna distopia de esas del cine que tras la segunda escena no hay por donde cogerla. Tampoco me vengáis con una conspiración porque ya tengo la mía propia inventada solo para consumo personal. Estamos todos para que nos encierren con una camisa de fuerza.


Centrarse en problemas puntuales es una tontería, si tu te horrorizas cuando te mean en la cabeza resulta que hay gente que está encantada de como le chorretean los pelos. Hay mucho impresentable por ahí llenando la caja con idioteces haciendo la vista gorda a la vida que inevitablemente pasará su factura y a muchos no les va a gustar un cojón el iva que les van a poner. Funcionamos como los muñecos de perritos que se ponían hace años en la bandeja trasera del coche y que movían continuamente la cabeza diciendo a todo que si. Las hostias se reparten por docenas para todos los lados y más habitualmente de lo que deseamos recibimos una, es inevitable. Los peligros siempre han estado ahí desde el principio de los tiempos y actualmente disponemos de algunos que resultan insoportables para el control de la vejiga, sin embargo nosotros a lo nuestro y da igual si todo salta por los aires, ya lo repararán.


La indiferencia se ha adueñado del cotarro, da lo mismo lo que pase y a mi el bmw me acelera de puta madre. Por ejemplo la ultrarica sociedad americana está a punto de colapsar y se va a llevar por delante a todo el mundillo liberal derechoso que pasará a ser sustituido por algo peor. Bueno, la cosa no será mañana mismo pero se acerca a buena velocidad. Toda esa tecnología maravillosa que nos venden como algo necesario para la vida no vale un pimiento, tiene un ligero matiz que la convierte en una chorrada: no se come. Ya se la pegaron las puntocom, las redes se han deshilachado, lo smart está en el pozo y la inteligencia artificial se va a construir en un ambiente de incultura general así que no va a ser tan lista. Pensad que si desapareciese la electricidad habría cambios radicales pero el ser humano viviría perfectamente como lleva haciendo millones de años. Vivimos infestados de regalos, no hay nada imprescindible.



Da igual cuando mires la sociedad, todo está mal pero de repente

te haces la preguntita: ¿y qué cojones hacemos aquí?. Algo tendrá

todo esto que nadie quiere irse.


Desconozco las razones pero por muy pobre o enfermo que estés

no estás dispuesto a largarte y te da lo mismo humillar o ser humillado

pero los pies en la tierra.


Yo creo que esa es la razón, ese deseo desenfrenado de vida aunque

seas un mero despojo y tengas que soportar las manadas de gente

malvada e insolidaria que te acompaña.


Vivimos un poco para allá, incluso las animaciones lo reflejan con

gran realismo. No hay nada más que ver esta astracanada para ver

lo crudo que lo ponemos todo.


(Pulsar aquí para ver "Robocop & the Terminator")