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martes, 30 de enero de 2024

CUESTIÓN DE TIEMPO

 

Cuando llega el cumpleaños todos nos quedamos pensando a ver como nos ha ido el trayecto, cuando eres un crío te importa un pimiento y cuando eres mayor te pica el c... pues eso. Todo pichichi tiene su historia y por lo general es aburrida de cojones porque no es una película en la que el tiempo pasa a toda castaña sino que te has tenido que tragar períodos enormes infumables, anuncios incluidos. Dejando aparte que los guiones sean entretenidos o no acostumbramos a hacer cuentas de nuestras aventuras, es una costumbre un tanto peligrosa si lo haces a menudo porque como te haya ido mal vas a terminar en la consulta del psiquiatra. Además creo que es conveniente dejar pasar un tiempo antes de sacar conclusiones de los sucesos ocurridos y archivarlos en la carpeta de nuestra historia, te puedes tirar toda una década para entender alguna cosa.


Los enfermos crónicos tenemos la costumbre de establecer los períodos de antes y después, por supuesto que hay un cambio de vida pero no podemos evitar que si éramos idiotas lo sigamos siendo tras el diagnóstico. Vas a seguir siendo el mismo de siempre, vas a tener dolores, malestar, fiebres y otras chorradas a las que vas a reaccionar como cuando tenías ocho años y tu único padecimiento era robar las galletas a mamá. Resulta muy divertido comentar estas cosas cuando a pesar de estar jodido tu enfermedad se mantiene estable sin dolores ni grandes algaradas por lo que puedes acomodarte de una manera eficaz, ya veremos lo que ocurre al joderse las cosas. Hay reflexiones que hago que quedan teóricamente preciosas y se lo que pasa cuando llega lo espantoso, me metería la lengua en los mismos puntos suspensivos del primer párrafo.


Afrontar estas cosas no es fácil y por supuesto no hay libro de instrucciones, la personalidad y la cultura desarrollada marcan mucho. El entorno no suele mejorar el asunto, a pesar de verte jodido sigue exigiendo lo suyo porque tan perdidos están ellos como lo estás tu. Los humanos somos muy diferentes, siempre se me ocurre el mismo ejemplo: visitad a todos los vecinos de vuestra escalera y que os enseñen la casa, terminaréis pensando que ha habido una invasión extraterrestre. Cuando te dan un diagnóstico mejor te compras una caja de bombones para que el trago sea menos amargo pero ahí lo tienes y en el caso de los crónicos es para siempre jamás.


Mi esclerosis ya tiene su propia historia con sus departamentos en la carpeta, una década lleva la cabrona en mi vida y aunque se que no me he comido todo el menú ya llevo unos cuantos platos. Supongo que como todos mis compinches he pasado por las diferentes fases empezando por la confusión, siguiendo con la negación y tras un largo período de silencio terminas tragándote la guindilla. Siempre he llegado a destiempo a todos los sitios, en la esclerosis llegué en un momento donde comenzaba la explosión de potingues milagrosos. Hice de conejillo de indias con uno pero el jodido falló al tiempo de una manera estrepitosa obsequiándome con una incapacidad. Mi segunda medicación lleva unos años conmigo y parece que cumple bien su cometido


Ser objetivo en un asunto es imposible cuando estás metido en el hasta el cuello, lo que a ti te va de puta madre a otros les sienta como una patada ahí en el centro. La vivencia de cada uno es personal e intransferible y es mejor permanecer callado y no meter la pata. Muy poco tenemos que decir los escleróticos porque nos faltan los diez o doce años de estudio de nuestro neurólogo y muy probablemente nuestro nivel educativo tenga la altura equivalente al grosor de una hoja de papel. La sociedad hipermercantilizada ha hecho aparecer individuos que tras haber visto un par de vídeos de youtube te venden curaciones sin cuento o se inventan pijadas intentando convencerte de que tu tienes la culpa de lo que le pasa a tu cuerpo. Tras soltarte miles de paparruchas intentaran venderte potingues estrafalarios y supercaros hechos en la cocina para financiar el mercedes. Podéis meteros en las conspiraciones que queráis y creeros cualquier chirigota que os cuenten pero la única realidad es que vuestra predisposición a las enfermedades ya la traíais de serie.


El ingenio humano es apabullante, menuda sarta de tonterías he tenido que escuchar sobre temas sanitarios. Tenemos además la tragedia de tener muchos médicos palurdos y la desastrosa fatalidad de que los sistemas de salud están dirigidos por patanes incompetentes que no tienen ni zorra idea de medicina ni de enfermos, colocados por cuestiones políticas solo atienden a sus estúpidas ideologías. Por otra parte tenemos a toda la sociedad secuestrada por los medios y la gente normal se apunta a un bombardeo porque le han dicho que está dabuten. El nivel cultural es bajísimo, siempre lo ha sido, y esto no lo levanta ni Dios que por cierto lleva varios milenios de vacaciones.


Si queréis respuestas mirar hacia adentro, ahí está todo lo que sois y digan lo que digan los de fuera eso no se puede cambiar. No solo son los asuntos de salud lo que nos ocupa, todo el mundo se quiere meter en tus saraos y siempre lo hacen pensando en trasvasar el contenido de tu cartera a la suya. La sociedad es compleja y a mi ya me están empezando a asustar algunas cosas que se pueden ver por ahí. Desde los tiempos de Babilonia ya se veía que la cosa iba a terminar mal, primero palmaron ellos, luego los egipcios, después los griegos, luego los romanos también la cascaron y Wall Street terminará devorado por el sumidero del mismo fregadero.


Tras años de enfermedad, invisible socialmente e ignorado incluso por los míos sigo emperrado en seguir adelante aunque cada día mis andares sean más torpes. La medicina formal es la única que puede darme respuestas y me abstendré de darlas yo mismo porque mi proceso es totalmente distinto a otro esclerótico. Podríamos formar un partido político fenomenal porque mira que somos fieles e inquebrantables seguidores de nuestro modo de vida, ahí no caben la corrupción ni el transfuguismo. Repasad vuestra historia de enfermos y si hay alguna duda apuntadla en una cuartilla para que no se os olvide plantearla al galeno en vuestra próxima consulta.



Se me acumulan los años y me estoy convirtiendo en un fósil cercano a

la sesentena. Todo esto viene a cuento de mi cumple que suele caer por

estos días de Dios, lástima que ya no esté mi madre que me tuvo como

regalo de cumpleaños allá en Sancristo de Abajo y compartíamos fecha.


Mi vida no merece que se le haga un resumen porque es tan aburrida

como puede serlo cualquiera de las vuestras y llena de cosas que mucho

mejor que no hubiesen pasado. Soy afortunado porque ya tiene un buen

tamaño y tengo a la Rubia a mi lado que es todo un privilegio.


Mejor no dar más vueltas al asunto, estoy aquí y eso es lo que importa

aunque esté hecho un higo. La protesta nunca me ha hecho gracia porque

tiene cierto punto de avaricia, primero lo mío y a los demás que les den.


En estas reseñables fechas siempre están bien los regalos y como no, la

animación tendrá que ser mi favorita, no podía fallar.



(Pulsar aquí para ver "The gift")




miércoles, 17 de enero de 2024

UN POCO DE AIRE

Cuando no se que hacer me da por ponerme a escribir, toda la vida he funcionado así y mira que he redactado chorradas sin cuento. Debería de tener incorporado un pendrive en el cerebro porque las mejores ideas me vienen a quinientos kilómetros del teclado, el del móvil siempre va conmigo pero eso es una puñetera mierda. El caso siempre es lo mismo, improviso y no planifico nada así que continuamente berreo la misma melodía que es un peñasco supremo. Con la cantidad de historias interesantes que me aporta mi ganado personal siempre os tengo que dar la plasta de mi particular visión de los aperos del establo. Si os va el masoquismo yo soy mucho más eficaz que el canal de veinticuatro horas de información.


No tengo por costumbre contar pijadas de mi vida personal, aunque algunas cosas caen de vez en cuando. Esto no es la revista Lecturas ni tengo intenciones de contar mis cuentos en una exclusiva porque más que cobrarla la tendría que pagar yo. Mi objetivo es siempre estampar y compartir mis neuras sobre el papel, no es tan eficaz como los autosermones que me infligía en los paseos que mi ataxia ha vuelto imposibles. No es ahora momento de intentar realizar alguna vuelta por el barrio porque el tiempo cumple a rajatabla con el clima local y llueve a cántaros. Consultar en el interné de los huevos la pluviosidad en la presa de Añarbe, está quince kilómetros de casa y suelen abrirla a lo bestia para que no desborde por la lluvia, los dueños de las huertas suelen saltar de alegría.


No hay nada más aburrido que narrar mi día a día, solo deciros que me levanto a las once de la mañana os pondrá las orejas de punta. No soy precisamente el rey de la actividad, tengo la suerte de conservar mi autonomía personal pero he perdido la capacidad de hacer manualidades, si me pongo con un destornillador un par de vueltas y a correr. Me resulta sorprendente conservar la habilidad mecanográfica, y tuve que volverme más precavido al volante aunque en las autovías me crezco y le doy caña, la city es muy distinta. Algo que le gusta a la Rubia es que soy capaz todavía de hacer la cama aunque luego tenga que ayudarme a vestirme y a manejarme en la ducha. La discapacidad se ensañó a saco con mis piernas, en los brazos me quitó habilidad pero me manejo bien. Naturalmente la lista es larga de cojones con muchos más detalles pero bueno, me las apaño.


Nuestra forma de vida es bastante tranquila, no hay mucho donde rascar y al no haber fabricado nenes nuestra herencia genética se pegará la castaña padre. Mi rutina no da para mucho aunque para compensar está la de la Rubia que tiene cuatro o cinco todas juntas. Mi física particular dice que en el próximo segundo no tenemos ni repajolera idea de lo que nos puede pasar, ya están ahí los “expertos” para provocar que nos jamemos el tarro por la mínima chorrada. La esclerosis múltiple no estaba en mis planes pero llegó, no estaría de más que me tocase la primitiva porque tampoco está entre mis proyectos. Todos, repito todos, tenemos nuestro autoengaño particular y gracias a el vivimos con cierta comodidad, ya aparecerá el gilipollas de turno para joder la marrana.


Si no quería taza pues taza y media con enfermedad desmielinizante a una edad ya un poco talludita, no se que vendrá después pero si es hacerme presidente del gobierno ya estáis tardando en salir por patas. La verdad es que yo no creo mucho en el destino, un azar despiadado marca nuestro camino y allá nos la compongamos, si eres idiota la cagas en cualquier situación. Se puede dirigir un poco el ambiente de tu vida, si no te lanzas por toboganes oscuros puedes salir adelante pero las rocas caen en el camino mientras vas avanzando y ni te enteras de donde te las tiran, por lo menos ponte un casco. Olvidaros de la famosa cantinela tan popular del “yo controlo” porque las funerarias se ponen las botas con la gente que la canta. Vive el día, carpe diem, y no te comas la cabeza con los inventos deslumbrantes que te enseñan.


Vivimos en una sociedad que se revuelca de gusto provocando inseguridad y desconfianza, si además tienes una incapacidad ya puedes encender los fuegos artificiales. Que os voy a contar yo si ya veis de lo que estáis rodeados, lo espantoso es que no hay límite para el puteo así que agarraos los machos. Ahogado todo el rebaño en océanos de codicia al no resultar productivos que nos den tila a las ovejas cojas, a casita y que te financie y te cuide mamá. Es la queja del año, del decenio, del siglo, del milenio, del eon, la traemos de serie y no nos bajamos del burro ni aunque nos apunten con un tanque, el discapacitado al pozo. Somos insolidarios a cascoporro pero mucho ojo que tampoco hemos venido a regalar nada y conocéis perfectamente a un montón de individuos que no hacen más que abrir paquetes que les dejó Santa Claus. Mi vida no va por ahí, todo nuestro patrimonio me lo he currado junto a la Rubia y solo Dios sabe lo que hemos tenido que aguantar.


Ahora ya solo me queda esperar acontecimientos, pueden ocurrir o no, eso no lo conoce nadie y mientras tanto gozaré todo lo que pueda. Mala pinta no tengo ya que la doctora que me hizo la revisión para el carnet de conducir me comentó que con el informe neurológico que le llevé se me veía estupendo y me renovó tres años más de volante, ah y muy importante: entré en la silla de brazos porque he reducido mucho volumen y la puñetera se acordaba que hace tres años me tuvo que cambiar la silla. La vida sigue, este post es un poquito de alivio personal y me siento afortunado sobre todo con las cosas que algunos contáis sobre la progresión de vuestra enfermedad, se lo que es empeorar y por eso os deseo lo mejor. Es tiempo de reflexión en mi vida y... coño, todo el puto día con el mismo rollo ya os dije que soy un plasta.



Hacerse autovaloraciones tiene sus pros y sus contras, hacía tiempo

que no me machacaba y lo cierto es que la cosa es una autotortura y una

pesadez insoportable.


De vez en cuando hay que ponerse las pilas pero no una docena de veces

a la semana porque al final el paquete termina oliendo a chamusquina. Las

cosas se solucionan según vienen, no hay que inventarlas.


Estamos en pleno invierno no solo meteorológico sino social con cantidad

de gente muy ocupada amargando vidas ajenas, lo peor es que lo hacen

aposta simplemente por joder, calentar sillón y acaparar pasta. Si su vida

se basa solo en el dinero apaga y vámonos, quiere y déjate querer que eso

te va a hacer feliz viviendo incluso debajo del puente.


Siempre una pequeña animación para terminar, últimamente me llega poca

cosa así que elijo de archivo. Como no me voy a acordar de esta delicia si

fue en su día una de las que me enganchó al tema.



(Pulsar para ver "Course of nature")





viernes, 5 de enero de 2024

CONSULTA

Recientemente he pasado por una revisión bastante completa por parte de mi neuróloga en la que las analíticas y una resonancia muy detallada no mostraban cambios en mi estado. Se que la estabilidad no es plato de gusto de la esclerosis múltiple y ante el aumento lento y pausado de mi torpeza me suelo parar a pensar que la cosa ya va para otro lado. Los brotes no aparecen pero pequeños síntomas pasajeros distintos muestran que la puñetera sigue evolucionando. Me da que en un par de consultas vamos a estar hablando de progresión y no de la de mi cuenta corriente precisamente. Hace ya tiempo que decidí no amargarme la vida dándole vueltas al tema y mientras no haya dolor estaré mejor en silencio. No soy tonto y se que la cosa se puede poner jodida, es una enfermedad incurable y progresiva y ni yo ni los médicos podemos ponerla contra las cuerdas. Soy machaconamente cientificoadicto y no creo en magufadas milagrosas ni en milongas de pirados que me vayan a sacar de la sartén, no comencé la carrera de matemáticas por casualidad y aunque no pude con ella sigo amarrado a su gancho.


Los años se me echan encima, ojo que no creo que hoy en día la edad marque a fuego el destino. Mi generación ha comido decente, ha disfrutado de atención médica y el que no ha flirteado con la química ilegal, las bebidas espirituosas o el paquete de Ducados está como un roble. A pesar de que mi médula espinal tiene más cráteres que la luna y mi figura es de morsa antártica mi analíticas son de exposición, en los últimos tiempos se alteró la tensión pero ya me la han dejado bien vestidita para la fiesta. En casa nos suelen hacer gracia las neuras apocalípticas que escuchamos sobre productos alimenticios de toda la vida que según parece han sido adulterados por los extraterrestres, unos muy majos en forma de plataformas alimentarias. Tener en cuenta de que si estamos aquí es porque nuestros antepasados se alimentaron de mamuts con toda su grasa y colesterol adosados. Cuando empecé a trabajar en una gran superficie yo era el encargado de poner la leche y la variedad de entera se vendía por portacontenedores, hoy en día ha sido desterrada por un montón de mierdas que de leche tienen lo mismo que yo de neurocirujano.


Muchas veces suelo preguntarme por qué cojones me ha tocado la china de una enfermedad neurológica degenerativa, treinta años antes del diagnóstico contra la costumbre habitual por entonces dejé el tabaco y el sople, y ahí sigo. La comida jamás me ha dado problemas, no hay alergias ni indigestiones y me zampo todo, la única excepción fue en su día la sopa de tomate de mi abuela que era un brebaje asqueroso e incomestible, pobrecilla, que Dios la tenga en su gloria. La tendencia actual de los endocrinos es no prohibir nada de nada, lo ven como algo inútil e imposible de mantener. Siempre he tenido un sobrepeso considerable y aunque ha habido épocas de abuso llevo años comiendo exactamente lo que come mi mujer y mantengo mi volumen mientras ella es una sílfide, algo falla en el diagnóstico tradicional. No parece que vayan los tiros escleróticos por el lado alimentario y si nos vamos a la genética tengo el privilegio de ser el primer pringao de mis dos vertientes familiares agraciado con el premio múltiple de los cojones. Sospecho que el problema viene de que no conocemos de manera suficiente la naturaleza y la medicina por muy moderna y sofisticada que nos la vendan está en las antípodas de la realidad.


Ojo que no discrepo de los médicos, agradezco su sacrificio de casi una década de estudio para poder poner en práctica los remedios conocidos de las enfermedades e investigar para solucionar otras. A la esclerosis múltiple no le ha tocado todavía claudicar frente a la medicina y debemos esperar aunque tengo la impresión de que no voy a ver un pijo. Dejaré caer la plancha de setecientas toneladas sobre esos enterados que se atribuyen medios y poderes extrasensoriales para curar cualquier cosa, previo pago claro está. Con la cantidad de mentecatos que hay por ahí no me extraña que existan multitud de seguidores de esas patochadas, la educación y el buen sentido no está con ellos. Yo desde luego no soy una isla de sabiduría universal pero que los médicos tengan en cuenta de que tampoco lo son, tanto ellos como yo debemos seguir evolucionando. Recordemos que en su día las lanzas fueron la punta de la tecnología armamentística como lo son ahora los misiles termonucleares, calculo que la medicina todavía anda en la época del arco y las flechas.


El mundo moderno se da coba para que la gente se incline ante el como los siervos ante los reyes del pasado pero es más falso que una Gioconda con piercings. Que si hombre que si, vivimos de puta madre en una sociedad que se las da de gloriosa pero seguimos meando al bañarnos en la playa, como diría mi sobrinieto favorito hay que recogerse el pitito. La calle la hacemos nosotros pero nos ponen unos decorados que se pasan de cutres, tenemos la puta tele y el ya clásico interné que nos llega a los tontos a través del ordenador y el odioso teléfono. Es ahí de donde sale la información que manejamos, los periódicos y la radio solo son marionetas de los mismos capullos que dirigen el cotarro, gracias a ellos el mundo se ha vuelto una pantomima de si mismo. Estamos saturados de paletos incompetentes y muchos de ellos llevan bata blanca y fonendoscopio así que hay que estar muy al loro. Menos mal que no me va a dar tiempo a ver petar todo esto, volverán los tiempos de los chamanes y se seguirán sacrificando vírgenes en el cráter del volcán.


Como siempre mi visión maravillosa de una realidad que tiene mi sistema nervioso condenado al desastre sin que vaya a poder solucionarse en el tiempo que me queda. Al menos disfrutaré de lo que hay mientras dure y si el resto del mundo decide tirarse por la ventana por favor que apunte bien y no se me eche encima. Dentro de seis meses volveré a ver a mi neuróloga y con un poco de suerte seguiremos con el mismo rollo del tecfidera y el fampyra que me facilitan la vida aunque no me permitan bailar.



Si nunca os habéis preguntado por qué estáis enfermos tened mucho

cuidado de no hacerlo de viva voz delante de alguien porque seguro

que os va a sacar a la luz toda la parafernalia de vuestra mala vida.


No existe ningún sorteo secreto de enfermedades ni ninguna conspiración

paranoica para jodernos la marrana, la naturaleza mete la pata muchas veces

al fabricarnos pero se la sopla porque nos dota también de una fecha de

caducidad que no nos gusta nada porque es bastante siniestra.


Por mucho que nos prometan no hagáis caso de nadie que no se haya tirado diez

años estudiando medicina. No tenemos ningún control de nuestra vida, si que

podemos tener buenas actitudes como método preventivo con la desgracia de

que no nos van a dar ninguna garantía. Hagáis lo que hagáis... carpe diem.


Siguiendo mi estela de animaciones divertidas repasando mi archivo me he

encontrado de nuevo con los problemas de esta simpática monja con el

tocadiscos.


(Pulsar para ver "Un sacré mariage")