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viernes, 5 de enero de 2024

CONSULTA

Recientemente he pasado por una revisión bastante completa por parte de mi neuróloga en la que las analíticas y una resonancia muy detallada no mostraban cambios en mi estado. Se que la estabilidad no es plato de gusto de la esclerosis múltiple y ante el aumento lento y pausado de mi torpeza me suelo parar a pensar que la cosa ya va para otro lado. Los brotes no aparecen pero pequeños síntomas pasajeros distintos muestran que la puñetera sigue evolucionando. Me da que en un par de consultas vamos a estar hablando de progresión y no de la de mi cuenta corriente precisamente. Hace ya tiempo que decidí no amargarme la vida dándole vueltas al tema y mientras no haya dolor estaré mejor en silencio. No soy tonto y se que la cosa se puede poner jodida, es una enfermedad incurable y progresiva y ni yo ni los médicos podemos ponerla contra las cuerdas. Soy machaconamente cientificoadicto y no creo en magufadas milagrosas ni en milongas de pirados que me vayan a sacar de la sartén, no comencé la carrera de matemáticas por casualidad y aunque no pude con ella sigo amarrado a su gancho.


Los años se me echan encima, ojo que no creo que hoy en día la edad marque a fuego el destino. Mi generación ha comido decente, ha disfrutado de atención médica y el que no ha flirteado con la química ilegal, las bebidas espirituosas o el paquete de Ducados está como un roble. A pesar de que mi médula espinal tiene más cráteres que la luna y mi figura es de morsa antártica mi analíticas son de exposición, en los últimos tiempos se alteró la tensión pero ya me la han dejado bien vestidita para la fiesta. En casa nos suelen hacer gracia las neuras apocalípticas que escuchamos sobre productos alimenticios de toda la vida que según parece han sido adulterados por los extraterrestres, unos muy majos en forma de plataformas alimentarias. Tener en cuenta de que si estamos aquí es porque nuestros antepasados se alimentaron de mamuts con toda su grasa y colesterol adosados. Cuando empecé a trabajar en una gran superficie yo era el encargado de poner la leche y la variedad de entera se vendía por portacontenedores, hoy en día ha sido desterrada por un montón de mierdas que de leche tienen lo mismo que yo de neurocirujano.


Muchas veces suelo preguntarme por qué cojones me ha tocado la china de una enfermedad neurológica degenerativa, treinta años antes del diagnóstico contra la costumbre habitual por entonces dejé el tabaco y el sople, y ahí sigo. La comida jamás me ha dado problemas, no hay alergias ni indigestiones y me zampo todo, la única excepción fue en su día la sopa de tomate de mi abuela que era un brebaje asqueroso e incomestible, pobrecilla, que Dios la tenga en su gloria. La tendencia actual de los endocrinos es no prohibir nada de nada, lo ven como algo inútil e imposible de mantener. Siempre he tenido un sobrepeso considerable y aunque ha habido épocas de abuso llevo años comiendo exactamente lo que come mi mujer y mantengo mi volumen mientras ella es una sílfide, algo falla en el diagnóstico tradicional. No parece que vayan los tiros escleróticos por el lado alimentario y si nos vamos a la genética tengo el privilegio de ser el primer pringao de mis dos vertientes familiares agraciado con el premio múltiple de los cojones. Sospecho que el problema viene de que no conocemos de manera suficiente la naturaleza y la medicina por muy moderna y sofisticada que nos la vendan está en las antípodas de la realidad.


Ojo que no discrepo de los médicos, agradezco su sacrificio de casi una década de estudio para poder poner en práctica los remedios conocidos de las enfermedades e investigar para solucionar otras. A la esclerosis múltiple no le ha tocado todavía claudicar frente a la medicina y debemos esperar aunque tengo la impresión de que no voy a ver un pijo. Dejaré caer la plancha de setecientas toneladas sobre esos enterados que se atribuyen medios y poderes extrasensoriales para curar cualquier cosa, previo pago claro está. Con la cantidad de mentecatos que hay por ahí no me extraña que existan multitud de seguidores de esas patochadas, la educación y el buen sentido no está con ellos. Yo desde luego no soy una isla de sabiduría universal pero que los médicos tengan en cuenta de que tampoco lo son, tanto ellos como yo debemos seguir evolucionando. Recordemos que en su día las lanzas fueron la punta de la tecnología armamentística como lo son ahora los misiles termonucleares, calculo que la medicina todavía anda en la época del arco y las flechas.


El mundo moderno se da coba para que la gente se incline ante el como los siervos ante los reyes del pasado pero es más falso que una Gioconda con piercings. Que si hombre que si, vivimos de puta madre en una sociedad que se las da de gloriosa pero seguimos meando al bañarnos en la playa, como diría mi sobrinieto favorito hay que recogerse el pitito. La calle la hacemos nosotros pero nos ponen unos decorados que se pasan de cutres, tenemos la puta tele y el ya clásico interné que nos llega a los tontos a través del ordenador y el odioso teléfono. Es ahí de donde sale la información que manejamos, los periódicos y la radio solo son marionetas de los mismos capullos que dirigen el cotarro, gracias a ellos el mundo se ha vuelto una pantomima de si mismo. Estamos saturados de paletos incompetentes y muchos de ellos llevan bata blanca y fonendoscopio así que hay que estar muy al loro. Menos mal que no me va a dar tiempo a ver petar todo esto, volverán los tiempos de los chamanes y se seguirán sacrificando vírgenes en el cráter del volcán.


Como siempre mi visión maravillosa de una realidad que tiene mi sistema nervioso condenado al desastre sin que vaya a poder solucionarse en el tiempo que me queda. Al menos disfrutaré de lo que hay mientras dure y si el resto del mundo decide tirarse por la ventana por favor que apunte bien y no se me eche encima. Dentro de seis meses volveré a ver a mi neuróloga y con un poco de suerte seguiremos con el mismo rollo del tecfidera y el fampyra que me facilitan la vida aunque no me permitan bailar.



Si nunca os habéis preguntado por qué estáis enfermos tened mucho

cuidado de no hacerlo de viva voz delante de alguien porque seguro

que os va a sacar a la luz toda la parafernalia de vuestra mala vida.


No existe ningún sorteo secreto de enfermedades ni ninguna conspiración

paranoica para jodernos la marrana, la naturaleza mete la pata muchas veces

al fabricarnos pero se la sopla porque nos dota también de una fecha de

caducidad que no nos gusta nada porque es bastante siniestra.


Por mucho que nos prometan no hagáis caso de nadie que no se haya tirado diez

años estudiando medicina. No tenemos ningún control de nuestra vida, si que

podemos tener buenas actitudes como método preventivo con la desgracia de

que no nos van a dar ninguna garantía. Hagáis lo que hagáis... carpe diem.


Siguiendo mi estela de animaciones divertidas repasando mi archivo me he

encontrado de nuevo con los problemas de esta simpática monja con el

tocadiscos.


(Pulsar para ver "Un sacré mariage")




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