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miércoles, 17 de enero de 2024

UN POCO DE AIRE

Cuando no se que hacer me da por ponerme a escribir, toda la vida he funcionado así y mira que he redactado chorradas sin cuento. Debería de tener incorporado un pendrive en el cerebro porque las mejores ideas me vienen a quinientos kilómetros del teclado, el del móvil siempre va conmigo pero eso es una puñetera mierda. El caso siempre es lo mismo, improviso y no planifico nada así que continuamente berreo la misma melodía que es un peñasco supremo. Con la cantidad de historias interesantes que me aporta mi ganado personal siempre os tengo que dar la plasta de mi particular visión de los aperos del establo. Si os va el masoquismo yo soy mucho más eficaz que el canal de veinticuatro horas de información.


No tengo por costumbre contar pijadas de mi vida personal, aunque algunas cosas caen de vez en cuando. Esto no es la revista Lecturas ni tengo intenciones de contar mis cuentos en una exclusiva porque más que cobrarla la tendría que pagar yo. Mi objetivo es siempre estampar y compartir mis neuras sobre el papel, no es tan eficaz como los autosermones que me infligía en los paseos que mi ataxia ha vuelto imposibles. No es ahora momento de intentar realizar alguna vuelta por el barrio porque el tiempo cumple a rajatabla con el clima local y llueve a cántaros. Consultar en el interné de los huevos la pluviosidad en la presa de Añarbe, está quince kilómetros de casa y suelen abrirla a lo bestia para que no desborde por la lluvia, los dueños de las huertas suelen saltar de alegría.


No hay nada más aburrido que narrar mi día a día, solo deciros que me levanto a las once de la mañana os pondrá las orejas de punta. No soy precisamente el rey de la actividad, tengo la suerte de conservar mi autonomía personal pero he perdido la capacidad de hacer manualidades, si me pongo con un destornillador un par de vueltas y a correr. Me resulta sorprendente conservar la habilidad mecanográfica, y tuve que volverme más precavido al volante aunque en las autovías me crezco y le doy caña, la city es muy distinta. Algo que le gusta a la Rubia es que soy capaz todavía de hacer la cama aunque luego tenga que ayudarme a vestirme y a manejarme en la ducha. La discapacidad se ensañó a saco con mis piernas, en los brazos me quitó habilidad pero me manejo bien. Naturalmente la lista es larga de cojones con muchos más detalles pero bueno, me las apaño.


Nuestra forma de vida es bastante tranquila, no hay mucho donde rascar y al no haber fabricado nenes nuestra herencia genética se pegará la castaña padre. Mi rutina no da para mucho aunque para compensar está la de la Rubia que tiene cuatro o cinco todas juntas. Mi física particular dice que en el próximo segundo no tenemos ni repajolera idea de lo que nos puede pasar, ya están ahí los “expertos” para provocar que nos jamemos el tarro por la mínima chorrada. La esclerosis múltiple no estaba en mis planes pero llegó, no estaría de más que me tocase la primitiva porque tampoco está entre mis proyectos. Todos, repito todos, tenemos nuestro autoengaño particular y gracias a el vivimos con cierta comodidad, ya aparecerá el gilipollas de turno para joder la marrana.


Si no quería taza pues taza y media con enfermedad desmielinizante a una edad ya un poco talludita, no se que vendrá después pero si es hacerme presidente del gobierno ya estáis tardando en salir por patas. La verdad es que yo no creo mucho en el destino, un azar despiadado marca nuestro camino y allá nos la compongamos, si eres idiota la cagas en cualquier situación. Se puede dirigir un poco el ambiente de tu vida, si no te lanzas por toboganes oscuros puedes salir adelante pero las rocas caen en el camino mientras vas avanzando y ni te enteras de donde te las tiran, por lo menos ponte un casco. Olvidaros de la famosa cantinela tan popular del “yo controlo” porque las funerarias se ponen las botas con la gente que la canta. Vive el día, carpe diem, y no te comas la cabeza con los inventos deslumbrantes que te enseñan.


Vivimos en una sociedad que se revuelca de gusto provocando inseguridad y desconfianza, si además tienes una incapacidad ya puedes encender los fuegos artificiales. Que os voy a contar yo si ya veis de lo que estáis rodeados, lo espantoso es que no hay límite para el puteo así que agarraos los machos. Ahogado todo el rebaño en océanos de codicia al no resultar productivos que nos den tila a las ovejas cojas, a casita y que te financie y te cuide mamá. Es la queja del año, del decenio, del siglo, del milenio, del eon, la traemos de serie y no nos bajamos del burro ni aunque nos apunten con un tanque, el discapacitado al pozo. Somos insolidarios a cascoporro pero mucho ojo que tampoco hemos venido a regalar nada y conocéis perfectamente a un montón de individuos que no hacen más que abrir paquetes que les dejó Santa Claus. Mi vida no va por ahí, todo nuestro patrimonio me lo he currado junto a la Rubia y solo Dios sabe lo que hemos tenido que aguantar.


Ahora ya solo me queda esperar acontecimientos, pueden ocurrir o no, eso no lo conoce nadie y mientras tanto gozaré todo lo que pueda. Mala pinta no tengo ya que la doctora que me hizo la revisión para el carnet de conducir me comentó que con el informe neurológico que le llevé se me veía estupendo y me renovó tres años más de volante, ah y muy importante: entré en la silla de brazos porque he reducido mucho volumen y la puñetera se acordaba que hace tres años me tuvo que cambiar la silla. La vida sigue, este post es un poquito de alivio personal y me siento afortunado sobre todo con las cosas que algunos contáis sobre la progresión de vuestra enfermedad, se lo que es empeorar y por eso os deseo lo mejor. Es tiempo de reflexión en mi vida y... coño, todo el puto día con el mismo rollo ya os dije que soy un plasta.



Hacerse autovaloraciones tiene sus pros y sus contras, hacía tiempo

que no me machacaba y lo cierto es que la cosa es una autotortura y una

pesadez insoportable.


De vez en cuando hay que ponerse las pilas pero no una docena de veces

a la semana porque al final el paquete termina oliendo a chamusquina. Las

cosas se solucionan según vienen, no hay que inventarlas.


Estamos en pleno invierno no solo meteorológico sino social con cantidad

de gente muy ocupada amargando vidas ajenas, lo peor es que lo hacen

aposta simplemente por joder, calentar sillón y acaparar pasta. Si su vida

se basa solo en el dinero apaga y vámonos, quiere y déjate querer que eso

te va a hacer feliz viviendo incluso debajo del puente.


Siempre una pequeña animación para terminar, últimamente me llega poca

cosa así que elijo de archivo. Como no me voy a acordar de esta delicia si

fue en su día una de las que me enganchó al tema.



(Pulsar para ver "Course of nature")





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