El verano va pasando, sin terminar de digerir el rosco de reyes nos estamos plantando casi en el otoño. El tiempo de marras se nos acumula como las lorzas a la cintura y no te lo puedes quitar de encima. Quien me lo iba a decir, ya llevo diez años fuera de la circulación y anda que no han pasado cosas en ese tiempo. Un periodo muy majo donde he podido comerme la cabeza en plan industrial y volver loca a la Rubia que está harta de mis paranoias. Lo que queda muy clarito es que no soy el mismo que aquel día recibió el maldito diagnóstico en la consulta del neurólogo. Nadie solemos tener en cuenta que la vida puede cambiar a lo bestia de la noche a la mañana, los enfermos crónicos somos expertos en el asunto y es extraño que no haya un par de premios Nobel en la materia.
Darle vueltas a la biografía normalmente es un coñazo, te lías porque salen a la luz tonterías mayúsculas que te descentran haciéndote pasarlo fatal. En función de como te van las cosas vas reinterpretando la memoria y terminas engañándote a ti mismo, separar la basura y reciclar cuesta un triunfo y además el entorno no te lo pone nada fácil. Hay una verdad incuestionable y es que tu no puedes controlar el guión, tus actitudes si pueden meterte en jaleos pero casi todas las hostias que recibes vienen de fuera y son impredecibles.
Una de las cosas más comunes que tenemos es que todos pensamos que nuestra forma de vivir es la perfecta y que el resto de la gente debe comportase según nuestro diseño. A pardillos no nos gana nadie y estoy hasta el gorro de encontrarme con gente que se cree Sandokan cuando se que yo mismo me salto las normas si me sale de ahí mismo, personas que aparentan la perfección mienten, roban, ponen cuernos y putean a todo el que se pone a huevo. Eso que llaman naturaleza humana no es más que un compendio de hijaputadas que solemos realizar con gran gozo y satisfacción. A mi me suele preocupar si mi azotea tiene goteras, como a todos me suele hacer falta poner algún cubo en el suelo lo que no es malo si tenemos en cuenta que la mayoría del personal tiene las cataratas del Niagara burbujeando en su cerebro.
Creo que hoy en día la gente no vigila mucho su estado mental, muchas veces al tratar con alguien la Rubia y yo nos miramos en plan cómplice alucinando con lo que tenemos delante. Siempre ha habido colgados en el mundo aunque hace unos años lo disimulaban más, ahora se montan unas performances de agárrate y no te menees soltándote chapas insufribles sobre temas de los que no tienen ni puta idea. Otra cosa que me saca de quicio es el endiosamiento de pillarse pedos a saco totalmente integrados como lo mas normal en la sociedad, van todos como motos y encima presumen de ello. Naturalmente es un punto de vista y se perfectamente que hay un porrón de millones de personas que actúan de manera cabal, lo mismo del rollo patatero que sueltan los medios sobre las redes que dicen que comen el coco a todo el mundo cuando la verdad es que la mayoría del personal no sabe ni lo que son.
Otro autoengaño muy frecuente es pensar que la gente sabe lo mismo que tu, es que vamos ni por asomo y lo mismo vale con tus conocimientos formales que con tus imbecilidades demostradas. Si yo reconozco que muchas veces no se manejarme bien con mi educación imaginar lo que puedo esperar del resto. Lo más complicado del mundo es ponerte a la altura del que tienes delante, detectar el nivel si el tipo tiene labia es dificultoso y a veces la conversación lleva un buen rato hasta que te salta el “ping”. Si la persona te supera dedícate a escuchar y afirmar, evitarás que te manden a tomar por saco. A mi últimamente se me indigestan muchas conversaciones que mantengo o que oigo porque si pones la oreja flipas en colores con lo que oyes.
Cada día que pasa viendo lo que veo voy afirmando mi sentencia de que nos falta un hervor, aquí ya no se corta nadie haciendo o diciendo barbaridades. Siempre estamos con los mismos cuentos en el candelero con historias tremebundas siempre editadas y narradas por los mismos, en mi pueblo eso se llama ficción. Menos mal que la inquisición fue borrada del mapa porque si no no quedaría un simple matojo en una jardinera para alimentar las hogueras necesarias. No se donde cojones quieren llegar, mira tu lo caros que nos están saliendo los sillones del poder, ostras, con lo bien que arden. Un servidor también tiene sus chifladuras aunque considero muy adecuado tenerlas guardadas en el cajón no vaya a ser que a alguien se le ocurra aplicarlas.
Intentar sortear la gilipollez es una labor titánica, más que nada porque resulta que también participo en su elaboración. Salir de la corriente tiene la pega de que te secas y empiezas a mirar al resto por encima del hombro olvidando descaradamente que eres un calzonazos más dentro del grupo. Llevo unos meses dando la vuelta a este ruedo y sigo igual de despistado con la horrible sensación de no creer nada que salga en algún medio, queramos o no alguna noticia hay que oír porque de lo contrario te vas derechito al pleistoceno. Es muy curioso afirmar que todo va mal y a la vez no fiarte de quien te lo cuenta, lo cojonudo es que así consiguen mantener al rebaño dentro del redil. Cerrar los ojos y los oídos es una buena estrategia, no es ninguna solución pero es un alivio excelente.
A veces creo que me paso de vueltas con mi escepticismo, es que no me lo ponen nada fácil para frenarlo. En esta oleada de codicia e incompetencia que nos arrasa resulta que los que más destacan parecen sacados de un frenopático, el mundo está gobernado por tarados y hay una cola enorme de ignorantes e impresentables dispuestos a reemplazarlos. Está claro quien paga los cubatas de la fiesta y se va a indigestar con el trozo de tarta que le toca.
Mi visión del mundo resulta ser algo floja, tampoco tengo muchos
incentivos para opinar de una manera más elevada. Tengo la extraña
sensación de estar encerrado en una caja de zapatos.
Lo más aterrador es que han conseguido robarnos el tiempo con tanto
cacharrito que exige nuestra atención y nos mantiene intranquilos con
la amenaza de un desastre que, mira tu que curioso, nunca llega.
Yo también aprovecho para soltar mi rollo en estos canales, siempre estaba
a la expectativa del meteorito pero me he cansado de esperar a la naturaleza
que tiene otra forma distinta de medir el tiempo que la mía.
Me he acordado de esta animación porque le viene que ni pintada al tema
de hoy. Se ve perfectamente lo fácil que sería solucionar los problemas que
nos agobian.
(Pulsar aquí para ver "Robocop and the terminator")
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