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jueves, 20 de junio de 2024

TIME

 

Todos tenemos por ahí escondido un coleguita muy pesado que no nos lo podemos quitar de encima ni con soplete, deja su rastro por cualquier sitio y miremos donde miremos casi siempre encontramos una pantalla con su marca, el hijoputa se llama “tiempo” y no nos va a dejar en paz. Los años van pasando y a mi se me están acumulando consiguiendo que mire con recelo la fecha de nacimiento del dni. En mi anterior post citaba la edad que había pillado mi esclerosis que como suele decir la Rubia ya se ha hecho koskorrita y va disparada hacia la adolescencia, pues no me da la gana de comprarle un móvil. El próximo enero cambiaré de década y lo jodido es que me va a faltar algún dedo en la mano para mostrarla al público.


Todas las vidas progresan, nos engañamos un poco porque muchos en vez de ascender hacen una caída similar a la de Gandalf en el puente de Kazad-dûm, que majo queda Tolkien en el blog. Pues si que he progresado porque ahora uso aparatos complicados como la resonancia magnética y comparto gilipolleces gracias a los inventos de los tarados de Silicon Valley que a la hora de la verdad no sirven para nada. A pesar de todos los cebolletazos que me ha sacudido la vida siempre he tenido la sensación de ser una persona con suerte, debo estar como una cabra y tendría que valorar mi genética aunque mejor no mirar a las familias, que horror. A pesar de mis limitaciones si que hago por avanzar un poco en este mundo y no es por la ayuda del fampyra al caminar sino por mantener a raya mi ética, queda un poco pomposo decirlo así pero como no la cuides terminas cayendo al pozo.


Cuando doy repasos biográficos tengo que tener mucho cuidado de no caer en los desagües habituales donde reina la ponzoña que no se limpia ni con papel del culo, curiosamente no aconsejo hacer valoraciones de acontecimientos personales pero luego voy en plan listorro y me las hago. La memoria es muy traidora y la modificamos de manera inconsciente según los intereses y las metas que vamos logrando por el camino. Yo he ido elaborando poco a poco un relato humorístico de lo que me ha ido pasando durante la vida pero es para mi propio consumo y poder evitar buscarle cinco pies al gato. Los cambios sociales que he padecido me los cuento como si fuesen películas, los medios de comunicación las pintan como si fuesen de terror pero se perfectamente que son pelis del estilo de mister Bean, no existe hoy en día algo más adulterado y manipulado que la historia.


Se que a veces me pongo muy pelma aparentando ser un filósofo cuando solo soy un pelagatos de mierda perdido en la vía láctea. Esa es quizás mi manera de jugar con mis paridas y supongo que aquellos que lean estas líneas también revolverán sus papeleras a ver que encuentran. Mi historia está salpicada con hechos y períodos muy amenos pero la época más interesante es la última década protagonizada por la bicha desmielinizante que vino para joder todo lo demás pero se ha llevado un corte de mangas de la hostia por mi parte. No se lo que vendrá pero procuraré que no me pille despistado aunque sea mi actitud tradicional, dejaré las previsiones para otro día aunque sería mejor para otro siglo.


No se como lo veis vosotros porque lo que es yo cada vez veo más desinterés de la sociedad “normal” respecto a los enfermos crónicos y los incapacitados. Con esa ultraobsesión económica tengo la sensación de que nos ven solo como un gasto inútil y se están pasando por el forro las ventajas sociales tradicionales como los asientos reservados en el transporte o las plazas de parking para discapacitados, es para morirse. La falta de educación crece sin control y ya tiene un tamaño monstruoso que a nosotros nos afecta una barbaridad. No es que la autoridad no sea capaz de poner orden sino que el problema real es que no quiere hacerlo, no estamos llegando a ningún límite porque la situación hace tiempo que se ha desbordado. Políticos implementando montañas de leyes y reglamentos para luego no controlar nada los hace quedar en ridículo haciendo que el ambiente sea más insoportable todavía.


De todas maneras no nos dejemos llevar por las protestas, vivimos en un mundo que tiene dos puntos de vista muy distintos, uno es el mundo real que consumimos directamente en la calle y otro es el de la realidad inventada que nos tragamos en los medios. En el primero los conciudadanos suelen ser muy amables y procuran ayudarnos pero en la segunda es que ni existimos y si nos citan es para empotrarnos alguna publicidad. No pretendo criticar nada, el mundo lleva siglos en ese plan y tenemos la desgracia de que hoy en día hay herramientas de sobra para construirlo. Habrá que sentarse cómodamente en el sofá porque las modificaciones me temo que van a tardar, si es que llegan.


Ahí tenemos a nuestro amigo que mientras va creciendo va dejando las cosas colocadas en su sitio, lo malo es que cuando se hayan solucionado los temas actuales nosotros ya no estaremos por aquí, así que a sufrir majos. Lo mismo les vale a aquellos que manejan el cotarro y se creen eternos mientras el departamento de contabilidad de la existencia les está preparando la factura, mucho cuidado con el iva porque suele ser de órdago. Tenemos la obligación personal de hacer el próximo segundo que llegue mejor que el anterior y la verdad es que yo no veo que esa sea la actitud mayoritaria, aquellos que quieran hacer de su vida una mierda son muy libres de hacerlo, no estoy en esa labor.


Transitar por la vida cargando la mochila de una enfermedad crónica discapacitante es una putada como un piano y aunque hay miles de trastos para ayudarte jamás vas a alcanzar el nivel que tenías cuando estabas sano. Que la sociedad se haya empeñado en joder al personal no es nada nuevo, mirar las pirámides, tanto lujo y despilfarro no va a llegar a buen puerto y el reloj sigue corriendo porque tiene un fondo físico de la hostia. Cada cual tiene que arrastrarse con lo suyo y si te descuidas con lo de los demás lo que no tiene ninguna gracia, los crónicos no vamos a poder librarnos de nuestros problemas pero toda esa gente que piensa que es dueña y señora del mundo va a terminar en el mismo sitio que nosotros.



“C'est la vie” como dicen los gabachos, la mía se ha hecho gorda

haciendo juego con mi aspecto exterior, no tiene instrucciones de

uso pero la manoseamos cosa fina. Ni Cristo sabe lo que hay que

hacer cuando surge un problema así que me lanzo con la primera

chorrada que se me ocurre.


Hay cosas que no requieren decisiones como la puñetada de pillarse

una enfermedad crónica incurable, de repente te encuentras en un ring

y tu contrario mide dos metros y pesa ciento treinta kilos, las hostias

te llueven como panes y tu sitio es estar tirado en la lona.


Muchas veces estoy tentado de contar alguna de las variadas

paranoias que he sufrido en este tiempo y alguna puede que

haya caído pero ya me preocupo bien de que no os enteréis

que sea parte de mi biografía. Total cuando escribes algo

resulta que lo coges de tu propia cosecha.


Hace bastante que no pillo una animación decente, quizás porque

todo el mundo está haciendo experimentos con la inteligencia

artificial. Suerte que tengo una buena colección y esta es una

de mis innumerables favoritas.





(Pulsar para ver "Selfie Cat")

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