De vez en cuando está bien hacer un parón en las actividades habituales y darse un respiro, la esclerosis múltiple me sacó hace diez años de la rutina laboral pero como soy tonto del culo enseguida me busqué otras idioteces a la medida de mis habilidades para seguir la marcha. Los enfermos crónicos incapacitados también nos estresamos y tal como está el mundo hoy es complicado no comerse la cabeza, todo el día tragando amenazas de lo que sea y al final terminas agotado. Esta locura económica y social diseñada por madame Tatcher y monsieur Reagan en los ochenta está ahora mismo en su punto álgido y si se cae, que seguro que se va a caer, nos va a dejar a todos con las bragas y los calzoncillos en los tobillos. Hacer previsiones es divertido, no aciertas ni de casualidad porque siempre aparece una nueva chorrada por medio que no habías tenido en cuenta.
La atosigante hiperactividad ultraeconómica sobrepasa la desmesura gracias a internet y la televisión, los tenemos encima las veinticuatro horas del día sin descansos ni fiestas. Desde que uso ordenadores, y ha llovido con ganas desde entonces, lucho encarnizadamente contra la publicidad y tuve que comprar más tanques cuando aparecieron los smartphones. No es que pretenda volver a la edad media pero... ¿en realidad necesitamos tanto?. El aspecto social es más terrible todavía porque pusieron el foco en fabricar ignorantes absolutos a paladas y tras cuarenta años de trabajo minucioso la marea ya ha llegado a las esferas del poder y las grandes corporaciones. Ya no estamos en condiciones de controlar nada porque es imposible confiar en nadie. Yo les hago pagar el pato a mis dispositivos y por eso cada cierto tiempo los formateo hasta la médula igual que machaco los programas que utilizo declarando además la guerra total a las cookies.
Los navegadores modernos disponen de herramientas para poner coto a los anuncios, curiosamente están diseñadas para Chrome de Google que no es muy amiga de cancelar una publicidad que les da montañas de dinero, no os lo aconsejo como navegador porque suele hacer trampas. Con una buena conexión a internet Windows es muy fácil de reconstruir siempre y cuando tengas tus datos personales a buen recaudo. Supongo que MacOs tendrá un sistema parecido y en cuanto a Linux nunca he podido con el. Los móviles tienen la opción de restablecer el aparato a los ajustes de fábrica, no son difíciles de restaurar pero son mas cacosos que los ordenadores y dan un curro que te cagas. Puede parecer una chorrada y un trabajo innecesario pero si quieres mantener los cacharros operativos de manera eficiente es aconsejable. No me voy a extender gran cosa en temas técnicos y tan solo un par de consejos, usar un antivirus de calidad en el pc que son solo cincuenta euritos al año y no instaléis apps en el móvil: tenéis un fantástico y programable navegador web, a ser posible que no sea Chrome, para seguir las redes que no va a evitar que os hurguen en los datos pero es un pedrusco estupendo en su camino, las apps originales son un cepo para lobos que despachurra el teléfono cuando salta.
Un poco maniático si que soy, lo reconozco, pero he conseguido mantenerme sin publicidad durante un par de decenios. En los últimos tiempos se ha vuelto más difícil al tomar medidas los diseñadores y tengo que hacer cesiones en algunos programas aunque son soportables, el futuro no me huele nada bien y vamos camino del servidor universal que nos meterá entre pecho y espalda lo que le salga de los huevos. A ver, he vivido parte de mi vida sin que existiesen todos estos artilugios y se que es posible funcionar sin ellos con todas las garantías no como ahora que estamos sufriendo un ataque despiadado de todas las plataformas que está dejando la sociedad hecha puré, por cierto, la política se ha apuntado a la fiesta. Se perfectamente que hay una opción radical y probablemente muy positiva que es dejar el interruptor eléctrico en posición off, veríais que divertido. Los revolucionarios ansían volar bancos y sin embargo dinamitar las centrales eléctricas sería lo fetén.
Un trabajo puñetero hoy en día mirar a la tecnología con buenos ojos, se está volviendo una enemiga con un gran poder ya que nos tiene agarrados como lapas. La inteligencia hace tiempo que voló por los aires y esto más que un mundo parece una guardería donde a todos los niños les han quitado el chupete. Yo estoy enganchado, es más que evidente, antes podía dar largos paseos que me despejaban mucho pero ahora gracias a la esclerosis estoy condenado al teclado perpetuo. A veces cuando voy conduciendo me quedo flipado viendo gente en bici o patín eléctrico a toda castaña... ¡mirando el móvil!, en los semáforos el resto de conductores con el teléfono iluminado son todo un show y cuando van circulando con el manos libres es divertido verlos gesticular al estilo de un argentino discutiendo, la hostia tiene las mismas probabilidades que llevar el teléfono pegado a la oreja.
Todo esto os puede sonar a peñazo trillado hasta el tuétano y sin embargo sé que si ahora salís de casa y cuando os alejéis diez kilómetros os dais cuenta de que habéis olvidado el móvil volvéis a por el corriendo al más puro estilo keniata. Desde luego se ha convertido en parte de mi vida y no puedo negar que es mi manera de pasar el tiempo aunque estoy en un proceso de descrédito absoluto porque la cosa se ha pasado de la raya hace tiempo. Skynet todavía no tiene terminators pero cuenta con un ejército de gilipollas integrado en las redes que están encantados de chapotear en el lodo y de enmarronar todo lo que pillan. Me salgo de hablar de lo corriente para endilgaros mis manías cibernéticas, estoy seguro de que la mayoría de lectores del blog domináis el tema mucho mejor que yo pero flipo con el desconocimiento técnico de las generaciones más jóvenes que manejan estos trastos como si fuesen un microondas.
Terminaré con la última astracanada de esos niñatos de Silicon Valley con su inteligencia artificial que no es más que un modo de hacerse con cualquier bobada que se nos ocurra para vendernos luego los productos que les diseñamos gratis. Resulta que tenemos un cerebro que se inspira de maravilla de manera automática en todo lo que le entra y os aseguro que a un ordenador jamás se le va a ocurrir nada mirando como se mueven las caderas de una jovencita cuando camina. Nos quedan cantidades ingentes de vídeos de gatitos por mirar porque no esperéis nada diferente de esa tontería.
Saturados de gigabytes y machacados por las redes transcurre nuestra historia
que en realidad es aburrida que te cagas. Todo el puto día arrastrando el dedo
por la pantalla total para ver cuatro pijadas que en realidad ni nos van ni nos
vienen.
La fiebre del momento y no se va con los corticoides a los que estamos abonados
muchos de nosotros los escleróticos. Tenía ganas de meter una chapa sobre este
mundillo digital que tenemos montado y que como era de esperar no nos soluciona
absolutamente nada. Como solía decir el rótulo de la garrota colgada en la pared del
mostrador de los bares: “Paga o me descuelgo".
Salsear en los cacharritos es una de mis aficiones predilectas, seguro que a mi padre
le hubiese encantado todo esto pero como se me fue el el setenta y seis no conoció
ni las calculadores, que pena.
Hoy os pongo una simpática animación de producción local, he visto nicks con
imágenes del producto, donde una cría muy salada nos da la imagen perfecta
de lo que pasa con los teléfonos en estos días.
(Pulsar aquí para ver "Móviles chinos, no, gracias")
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