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domingo, 1 de diciembre de 2024

INCIERTO FUTURO

 

Afrontar la actualidad desde el punto de vista de un enfermo de esclerosis múltiple es un reto apasionante, que me digan por favor que es lo que resulta más importante para mi vida, un discurso político o mi cajita mensual de tecfidera. Desde bien canijo le he sacado punta a todo, mi padre se aseguró de que mi cerebro trabajase y a los nueve años tenía mi propia biblioteca particular que el abastecía, los nenes imitan a sus papis y el mío leía por toneladas. Está mal que yo lo diga pero tuve suerte con la cantidad de inteligencia que me tocó en el reparto y pillaba todo solo con prestar atención así que me saqué la primaria y la secundaria tocándome los huevos, la hostia vino en la uni ya que era un vago de cojones que no había estudiado en mi puta vida.


En este país no hemos sido nunca unos fieras en el asunto social, siempre ha predominado el tener sobre el saber y aparte de no distinguir entre velocidad y tocino tenemos la envidia clavada hasta el tuétano, si añadimos que la codicia y la incompetencia están en máximos históricos pues más o menos está claro que la hemos cagado con ganas. Roma se fue al carajo exactamente por lo mismo, nos quedamos alelados con las pelis de gladiadores sin pensar que quienes organizaban el espectáculo eran la misma ponzoña que controla los medios e internet en nuestra época, las columnas de nuestro foro llevan años bailando. Debería de callarme un poco porque todavía vivo en un sistema que me cuida aunque no creo que la cosa vaya a durar mucho, por supuesto gran parte de mis conciudadanos si pudieran no aportarían un puñetero euro para mi bienestar, soy solo un gasto inútil para ellos y sería mejor verme dentro de una caja de pino.


Me hace gracia la cantidad de gente tocada del ala que me rodea sobre todo porque mi cerebro, que físicamente no está para coñas, mantiene cierto grado aceptable de cordura sin paranoias. Creo que el departamento de neurología de mi hospital va a precisar en los próximos años un edificio independiente y al psiquiátrico van a tener que añadirle una docena de pisos más a los tres que tiene. La manada está como un cencerro y te discute todo, la calle parece twitter después de comprarlo Musk, por cierto, he abandonado la plataforma porque era insufrible a pesar de tener un diccionario completo de palabras capadas.


El cinismo se me sube a la chepa cuando trato de describir el mundo tal y como lo veo, al final poner todo a bajar de un burro no ayuda nada a mejorar las cosas. Las dinámicas sociales se establecieron mucho antes del paleolítico y desde entonces no acertamos eligiendo el paraguas adecuado a pesar de todos los chaparrones que han caído, algunas cosas cambian de manera cíclica pero todo vuelve, lo bueno y lo malo. En los últimos dos siglos nos hemos reproducido como conejos y con tanta gente pastando es normal que el número de tarados sea desmesurado. Si nosotros ya no vemos el futuro los que ahora frecuentan los columpios lo tienen crudo con ganas.


Podéis pensar que mi esclerosis me hace tener una visión negativa de las cosas, y un cojón, siempre la he tenido desde que era un crío. El guion de mi vida no ha sido un camino de rosas así que mi percepción no ha mejorado nada de nada con el tiempo, mi triunfo personal es haber mantenido firme mi compostura sin perderme como les pasó a unos cuantos amigos. La enfermedad es una gigantesca putada y es difícil de digerir, creo que conseguí asimilarla porque ya venía muy bien entrenado en tragar sapos, me asusta el hecho de que pueda complicarse de manera jodida y no voy a tentar al demonio para que se cargue mi estabilidad actual.


Las filias y las fobias de la gente me tienen flipado, se pasan la niñez y juventud desobedeciendo a los padres que son responsables de ellos y luego se apuntan a la lista de un enfermo mental cumpliendo ciegamente sus gilipolleces. Hay una verdad muy sencilla que nos pone a todo el mundo en el mismo plano y es que todos dependemos sin excepción de la taza del váter o del agujero que usemos para librarnos de lo que nos sobra. Los cementerios están llenos de gente que era considerada como imprescindible por sus seguidores que se fueron en masa a lamer otro culo cuando su endiosado líder se fue a la fosa. No somos nada. Cuando veo el plantel actual de líderes no puedo evitar la risa floja ante semejante cuadrilla de cretinos, son muy graciosos si pero los hijoputas nos pueden joder el invento si les da un jamacuco.


Se me estaba ocurriendo una comparativa de generaciones, sin embargo la tozuda realidad es que estamos varias en el mundo y lo estamos jodiendo a tope todos juntitos. La que me generó a mi está ya en las últimas y han desaparecido casi todos por lo que me centro en los cachorritos de la última hornada porque me dan cariño a cascoporro y además gratis. Espero que a ninguno de ellos la naturaleza les monte un pollo como ha hecho conmigo, naturalmente van a tener problemas en su vida como me los he tenido que jamar yo, quizás disfruten de nuevos diseños y estoy convencido de que hay gente que se los está fabricando. Lo cachondo es que todo el tinglado actual está empeñado en venderme el futuro y que yo recuerde no tenemos ni repajolera idea de lo que va a pasar en el próximo segundo.


Ya veis que por mucha berrea que suelte la sociedad va a seguir igual o peor, también es verdad que solo conocemos el punto de vista malo que es lo único que nos sueltan los medios, la gente buena tiene el jodido don de la invisibilidad. Lo único que podemos hacer de forma individual es mantener nuestra vida ordenada sin molestar a nadie, ya se que hay verdaderos especialista en joder la marrana y afortunadamente como me va a pasar a mi a todo cerdo le llega su san Martín.



Quejarse de todo es la última tendencia tradicional que por supuesto

lleva implícita la falta de ideas de solución. Creo que he mamado

demasiada red social a sabiendas de que son totalmente inútiles porque

como red cumplen y te atrapan pero lo de social es simple cachondeo.


Es muy curioso conversar con gente y darte cuenta en pocos segundos de

que estás hablando con un imbécil. Google está haciendo muchísimo daño

y lo peor es que el personal se cree todo lo que ve allí y está convencido

de ser una persona listísima.


A veces se nos olvida que todo lo que sale en una pantalla, leemos y

escribimos es algo editado y por lo tanto quien lo elabora tiene intenciones.

Siempre es mejor no conocer lo que pretenden y pasar página pero saben

perfectamente que el personal no tiene nunca los sentidos bien afinados,

a ver si cuela.


Estoy un poco harto de que mire donde mire el ambiente esté totalmente

arrasado. Esta genial escena de los hermanos Marx es una perfecta definición

del mundo actual y nos indica de una manera exacta que caminamos directos

hacia la nada.

 

(Pulsar para ver "La parte contratante de la primera parte")

 


 

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