Haga lo que haga siempre tengo la cabeza llena de chorradas inútiles que lo único que consiguen es hacerme perder el tiempo y la calma. Si me diesen un euro por cada hora desaprovechada pensando en pijadas dejaría en ridículo a toda la caterva impresentable de multimillonarios que nos tocan los cojones todos los días. Llevo tiempo luchando contra esa bazofia mental, los combates son durillos y no abundan las victorias aunque si he conseguido pulir algunas actitudes. Es una historieta complicada cuando vivo en un mundo atiborrado de gilipolleces e infestado de majaderías a las que ni quisqui aporta un pelo para ponerles remedio.
Que el mundo vaya bien o mal en el fondo me la sopla, bastante tengo yo con mi historia particular que tiene a la esclerosis múltiple como guionista. Socialmente tenemos lo que merecemos, creo que cada cierto tiempo pasamos por las urnas para elegir administradores y me da que no somos unos fieras seleccionando papeletas. De todas formas la calle te da unas medidas bastante realistas y no son de noventa, sesenta, noventa precisamente, veo a mucha gente a la que no le funciona el google maps y como te descuides te tiran el móvil a la cabeza, madre mía que cantidad de colgados circula por ahí. Normalmente no utilizo el gps para orientarme ni practico lanzamiento de samsung aunque nunca se sabe lo que pueden provocar las pérdidas de mielina en la masa encefálica.
Toda mi vida he mantenido una actitud crítica rayando en el cinismo humorístico que no ha entendido ni Cristo jamás, puede que haya perdido el tiempo. Dar opiniones y contar cosas buscando apoyos tiene su riesgo, dicen que somos muy solidarios pero para mi solo lo somos de boquilla para salir en la foto, la corriente subterránea es de rechazo y por eso los que tenemos problemas de discapacidad somos considerados apestados o mucho peor si cobramos una ayuda o pensión: parásitos. De todas formas tampoco ha cambiado mucho el asunto social desde hace siglos, tenemos más cacharritos y ya no quemamos brujas ni usamos guillotinas pero los incapacitados seguimos siendo considerados un estorbo, los nazis no se cortaban un pelo y les pegaban un tiro.
La vida actual es un auténtico tsunami, una ola gigantesca atiborrada de imbecilidades que no te llevan a ninguna parte y te dejan el ánimo planchado. Alucino con la enorme cantidad de gente que hay por ahí desnortada y deprimida por la inundación de gilipolleces, los medios son implacables y llenan las cabezas de pajaritos, algunos de tamaño cóndor. Mostrar mi desacuerdo con alguna publicación me ha costado alguna vez ser calificado como colgado, a la gente le jode un huevo que le lleven la contraria aunque sea por patochadas infumables. Es aconsejable dotarse de una buena formación pero el sistema educativo no está por la labor, seis reformas integrales del tinglado en treinta años lo único que han conseguido es que se distingan a kilómetros las ganas de manipular de nuestros amados próceres, hoy en día son cláramente visibles las consecuencias del desastre que han montado.
El clima social marca muchísimo la actitud de la gente y su nivel cultural canta que te cagas. Cuando hablo de los problemas de mi enfermedad me quedo de piedra con las chorradas que tengo que escuchar del personal al que se lo cuento, la mayoría no entiende ni papa pero lo insufrible son aquellos que me recomiendan métodos fantasmagóricos al margen de la medicina reglada para curarme, eso me lo han llegado a soltar individuos con título universitario. Si ya he tenido malas experiencias con médicos oficiales no digo nada lo que puedo esperar de curanderos cantamañanas que aprendieron sus engaños con videos de youtube. Es muy decepcionante descubrir que hablar de lo mío resulte contraproducente, hace ya tiempo que no está entre mis temas de conversación.
Solemos acusar a los políticos de enredar el clima social y de abusar de su situación de privilegio. A ver, de algún sitio salen, no crecen en los árboles, si la sociedad es un veneno no produce precisamente fresas con nata. Lo que más me flipa son las adhesiones inquebrantables a los líderes de turno, siempre he huído del proselitismo como de la peste, son señores que se sientan en el mismo sitio que yo para vaciar el colon. Personajes venerados hasta la saciedad como Gandhi, Einsten o Churchill tenían una vida privada similar a la erupción del Vesubio y seguro que hoy en día podríamos añadir cantidad de nombres a esa lista. De todas maneras el debate político actual es un simple show business con pésimos intérpretes, poca leche va a salir de ahí.
La sociedad actual está como una cabra aunque he vivido épocas donde los cuernos eran más grandes e incluso rayaban el surrealismo, no quiero ni pensar que llegó a sentir el personal cuando los metieron en una guerra. A pesar de mis problemas de salud no me va mal y me jode ver tanta fustración alrededor, hemos tenido la mala suerte de que internet entrase en nuestras vidas como un portacontenedores en una cacharrería y por supuesto ha demolido todo el edificio. Ha instalado la codicia a lo bestia y a ver quien es el guapo capaz de sacarla del rebaño. Seguimos metidos en la mierda de la condición humana, el mejor dotado no protege al débil sino que se lo come y no tenemos rival a la hora de destruir, tendrá que ser la naturaleza la que ponga orden en esta pocilga.
Incapacitado por una enfermedad incurable poca gaita puedo pintar en este mundo que ha perdido la chaveta. Como es tradicional en la historia todo esto pasará aunque nosotros no lo veremos, al final todos los inventos humanos se van al cuerno. Quizás se desate una revolución pero todas son iguales, comienzan con grandes esperanzas e ideales maravillosos hasta que vuelven a instalarse el ansia de poder y la avaricia, dos buenas amigas de los tarados.
Quienes seguís el blog sabéis que a veces se me va la olla con la
actualidad de los cojones. En los últimos tiempos me he desconectado
mucho de los medios pero lo poco que cato es como los perfumes,
poca cantidad efluvia una peste salvaje.
Mientras sigamos usando el dinero como medida de éxito seguiremos
encumbrando a imbéciles como líderes de masas. Es muy preocupante
ver como puestos clave terminan en manos de incompetentes ávidos
de pasta. No hay más desastres porque Dios no quiere.
La Rubia y yo seguiremos aguantando el chaparrón que está cayendo,
ya tenemos el callo hecho gracias a cierta gente con la que tratamos.
Podría elaborar un listado que quedaría de la hostia en Halloween, en
serio: que reabran los manicomios.
Buscando en mi lista de animaciones me he encontrado con esta que
refleja un poco el estado en el que han dejado nuestras vidas las
pendejadas actuales, son cosas que están pasando hoy mismo.
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