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jueves, 25 de julio de 2024

OCIO

 

Tener una tonelada de tiempo libre es algo que la mayoría considera envidiable mientras que para algunos nos resulta un reto que requiere partirse el cráneo con las condiciones que tenemos hoy en día. No hay nada más sano y productivo que la vida particular, esa donde tu pones el guion disfrutando con los tuyos. Llevo ya tiempo en este planeta, ejem no conozco otro, y al crecer me educaron en una serie de actividades de ocio que hoy en día se han quedado un poco pallá y personalmente tengo que retroceder en el calendario para encontrar algo que me resulte potable. Dicen que hay que actualizarse y lo cierto es que intento hacerlo con algunas cosas con resultado desastroso porque no logro tragarme nada de lo moderno.


Si, ya me he quedado desfasado con la mala pata de tener tiempo de sobra para regalar. Todo mi arsenal mediático lleva veinte años caducado, no queda otra que joderme y repetir de lo mío sin freno. Son cosas de la edad y ya lo veía llegar desde hace tiempo, nuestras costumbres ya no valen un carajo en la sociedad y nos cuesta ciento y la madre conectar con algo contemporáneo. No me voy a molestar en intentar integrarme en el batiburrillo, es perder el tiempo. Son las pegas de los cambios de generación, mis mayores me miraban con recelo porque no entendían las chorradas que yo hacía, ahora me toca a mi ser el fósil así que tendré que ensayar mi mejor sonrisa. Diría algunas cosillas sobre las manías modernas pero mejor me las guardo antes de incendiarme.


Varias veces en mi vida he mandado aficiones a tomar por saco, una de las que más me marcó fue alejarme de los best sellers literarios que provocó el famoso Dan Brown cuando en uno de sus panfletos leí como el personaje principal se caía tres mil metros desde un helicóptero... y no se hacía nada. Hombre, la ficción es la ficción pero cuando tratas de endilgar la trama como algo serio pues apaga y vámonos, en aquel momento las novelas pseudoconspiranóicas estaban en pleno apogeo. Ahí caí en la cuenta de como nos toman el pelo para ganar cuatro duros, afortunadamente nunca me había tragado las ideas que intentan endilgar en las ficciones y siempre las había disfrutado como una distracción. Me encanta la ciencia ficción, si es de catástrofes mejor, me parece entretenida aunque cuando valoras las tramas antes del primer minuto ya hacen agua, simple entretenimiento puro y duro. Siempre me ha parecido divertido ver como hay gente que se lo cree todo y se lo toma en serio.


Hoy en día es conveniente tomar un poco de distancia de lo que nos ofrecen los medios, disfrutar simplemente como espectador sin dejarte arrastrar. Me parto de risa cuando veo entrevistas a los autores que te hablan de los objetivos alegóricos de su obra, vamos que tonto no soy y también me encanta que aumente el saldo de mi cuenta bancaria. La cosa llega a la carcajada monumental si te enseñan la patita ideológica haciendo proselitismo ridículo creyendo ser la hostia social. Claro que en ese sentido yo también publico cosas e ideas en estos posts y debo ser idiota porque ni monetizo ni intento jamar el tarro al personal, siempre he reconocido que escribo para mi y lo comparto porque eso me obliga a currarme los textos.


Arrastrar tu discapacidad simplemente llenándola de hobbies no tiene sentido, hay que hacer las cosas de las que eres capaz, no puedes colocar una bombilla pero quizás puedas ir a comprarla. Con mi brote catastrófico perdí muchas habilidades pero me las apaño para hacer algunas cosillas. Algo a lo que no debo renunciar es a seguir haciendo mi vida, hasta donde llegue, cuando estaba sano tampoco me podía meter en muchos jaleos y no me quejaba. Ahí está esperando el bastón de mi madre en el paragüero, ya debería de usarlo pero mejor dejarlo tranquilo todavía hasta que me pegue el morrón padre, momento en el que mi neuróloga me animará a usar artilugios de movimiento.


Solo pretendo dar una visión de mi ocio, no estoy haciendo una guía de actividades para impedidos. No tenemos ninguna obligación y podemos realizar cualquier chuminada que nos salga del toto en la medida de nuestras posibilidades, exactamente igual que todo el mundo y resaltaré que mucha gente sana no es capaz de valorar sus aptitudes. Nosotros tenemos un método automático de valoración, la naturaleza te indica con exactitud británica tu límite. También puedes descojonarte a gusto de la verborrea de ese tipejo que desconoce e infravalora tu actividad y te repite machaconamente lo que debes hacer o lo que no, no tiene ni puta idea de donde llegas y aunque vayas en una silla de ruedas a lo mejor te estás cepillando a su mujer.



Una de las cosas que me cabrea todos los días al levantarme es

comprobar que mis andares siguen siendo una pesadilla y me obligan

a apoyarme frecuentemente en algo para no caerme. Hay más cosas

pero si hay una que me saca de quicio es esa.


Al final te acostumbras a convivir con taras de todo tipo y aunque

las asumes te joden a saco. No hay otro remedio y vinieron para

quedarse. Terminas mandando las quejas a tomar por culo porque

no sirven para nada, no te vas a curar por eso.


La vida tiene que ser tranquila, mucho más si tienes una incapacidad.

Ordenar todos los asuntos legales y las relaciones sociales es casi una

obligación, tener todo bien atado da sosiego y calma tal y como le

recomendaron a Sylvester Stallone en “Demolition Man”.


Un pelín de ciencia ficción en plan cachondeo, un vídeo de mis favoritos

de estos últimos años, ando tecnológicamente liado y quizás haya algunos

cambios en mi ocio.




(Pulsar aquí para ver "Johnny xpress")

martes, 9 de julio de 2024

EVIDENCIA

 

A la esclerosis múltiple el futuro le resulta muy enigmático porque es una enfermedad bastante rarita, no tiene cura, discapacita, evoluciona malamente y tiene la particularidad de que no te mata aunque te deja la vida hecha unos zorros. Es jodido hacer planes ya que no te puedes fiar de tu estado a medio o largo plazo, no parece que haya por donde tirar y los tiempos no están para bromas si te quedas estancado. Siempre me he montado unos cacaos mentales del copón, mis previsiones siempre han fallado más que las de los horóscopos que redactan los becarios de los periódicos así que ahora me abstengo de hacerlas porque siempre han sido una coña. Toda la vida me la he tomado con escepticismo, actitud que mi condición de enfermo crónico ha disparado hasta adelantar a la Voyager que ya ha salido del sistema solar así que no me fío casi ni de mi sombra.


Opiniones tengo para regalar igual que todo el mundo, no voy a fundar ningún partido ni asociación así que se quedan tranquilas en su cajón y ya comprobaré yo mismo si estoy equivocado o no. Es un poco la enfermedad del momento y las redes visualizan el sarpullido que produce que consiste en un porrón de gente dando su parecer sobre asuntos de los que no tienen ni puta idea. Algo parecido me pasaba en este blog, me metía en harina y muchas veces me salía un sopako que es un pan local que solo sirve para hacer sopa porque no hay Dios que le meta un mordisco. A veces es mejor estar calladito y así evitas meter la pata, mejor dicho las dos. De todas maneras en nuestra sociedad somos mucho de hablar por hablar, los donostiarras quizás no tanto pero si te cruzas con un andaluz lo tienes crudo, eso la Rubia lo sufre en sus carnes porque su mejor amiga es de Jaén y la madame se las trae.


La realidad la tengo vendida y bien saturada con mis aventuras diarias con la cabrona desmielinizante. A ver, estoy bastante estable pero me jode un huevo tener que lidiar todo el rato con la ataxia y la incomodidad visual por el escotoma del ojo derecho que me regaló en una neuritis óptica de caballo. La edad y mi peso no perdonan y se acercan momentos movidos con los extraños regalos que me hacen. Por mucho que cuentes a tu entorno no te pillan ni una porque no entienden un pijo de lo que les cuentas, te pondrán una sonrisa y te darán una palmada en la espalda que es lo único que les han enseñado a hacer. Es muy triste lo poco que importamos al resto del mundo, cualquier colectivo que tenga problemas complejos se queda varado como un petrolero en la playa de la Concha. Soy consciente de que estas líneas no van a abrir cabezas para valorar mis limitaciones, la cosa va de un “mira...te jodes” y luego todos van a pedir cañas y pelotazos a la barra del bar.


A veces me da por pensar en sucesos raros en mi salud ocurridos en tiempos lejanos sospechando si la esclerosis ya intervino en esas salsas. Yo siempre asocio el comienzo a mi primera neuritis óptica que fue un poco de chichinabo y cedió echando virutas pero repensando el tema recuerdo problemas en el baño bastante anteriores al acontecimiento, y yo pensando en la vejiga y la fecha de nacimiento del dni. Mira por donde físicamente la cabrona está muy bien pero el puto nervio tiene la mielina arrasada como un gallinero y muchas veces hay que rezar para que salga el chorrillo, que cosas.


Hacerse ilusiones es perder el tiempo, lo mejor es afrontar el día con su perspectiva de veinticuatro horas que si se cogen bien dan para mucho. Naturalmente hay más cosas al día siguiente pero es mejor acabar las de hoy, mañana es otra cosa. Cuesta mucho tirar para adelante más que nada porque tenemos las ruedas llenas de palos entre los radios pero intentar vaya que si lo intentamos, nada es un regalo. No todos los enfermos nos lo tomamos igual, mientras algunos hacemos burla y chanzas de nuestra desgracia otros viven un infierno de malestar y dolores que hace de su existencia un calvario. La gente del entorno en su eterna intención de quedar bien te recomienda que te relajes y te lo tomes con calma, será que viven en un mundo armonioso y paradisíaco. En fin que para chotas ya vamos equipados.


Soy perfectamente consciente que mi estabilidad actual se puede ir al garete si un día me pega un brote potente e inesperado, igualito igualito que todos los que nos dan porque no vienen marcados en la agenda del móvil. Los escleróticos somos el ejemplo perfecto de la aleatoriedad de la vida que reparte hostias y pedradas imprevistas a todo quisqui sin tener en cuenta su estatus ni que tenga una conducta intachable. Mira que he tenido que escuchar chorradas a lo largo del tiempo sobre el origen de las enfermedades, la mejor de todas es el castigo divino, creo que los tiros no van por ahí y recomendaría una buena revisión de creencias. A pesar del espectacular montaje tecnológico sanitario la medicina en realidad sigue en pañales y eso les viene de puta madre a las empresas funerarias. Estoy hasta el gorro de ver alucinantes artículos sobre gigantescos avances de medicamentos y potajes genéticos que por alguna extraña razón se pierden en el espacio de la viabilidad comercial.


El famoso bálsamo de Fierabrás jamás existió ni existirá y los humanos seguiremos cayendo a capricho de la naturaleza que es la verdadera reina del castillo. Podemos contar nuestras aventuras pero la esperanza hay que trabajársela de manera particular, me da que la cosa está bastante jodida. Lo realmente curioso es que te cuentan que vives en una época fantástica donde todo es posible y al día siguiente el redactor de la nota la espicha de un infarto. Otra contrariedad que me jode un huevo para añadir a mi colección, a los chinos tampoco les hacen gracia los cuentos así que suelen aplicar tratamientos preventivos con tanques. La existencia es un regalo divino que nos hicieron y a pesar de que a los crónicos nos la dieron hecha un cromo la vida es maravillosa.



Nunca nos entrenaron para el fracaso, nos vendieron la coletilla

de que la vida es para triunfar y luego nos llegan estas mierdas a

la biografía. El resto del mundo te mira con cara de sorpresa y

te sueltan eso de que no puede ser, media vuelta y se piran.


Socialmente estamos fuera del mapa y la medicina se tiene que ocupar

de nosotros, para muchos, alentados por líderes basura, solo somos un

gasto y una incomodidad y verían con buenos ojos nuestra desaparición.


Así de duras son las cosas, no niego que la naturaleza no se andaría con

chorradas a la hora de quitarnos de en medio, lo terrible es que tu vecino

conspire para mandarte a la mierda.


La evidencia es irrefutable, necesitamos cosas que a los demás molesta

darnos, algunos serían la mar de radicales para quitárnoslas sin pararse

a pensar que un día ellos también precisarían de un manotazo. Ya tiene

unos añitos, pero no está mal la animación.



(Pulsar aquí para ver "The itch")