A veces no se lo que pienso, debería de tener claro que no puedo ponerme a escribir un post cuando estoy cabreado y me desbordan el cerebro las noticias y la actualidad. Inicié una cruzada particular para deshacerme de todo ese embrollo y estoy viendo claramente que la cosa tiene un poder inmenso y es muy complicado librarse de ella. Naturalmente he tenido que abandonar la redacción de una bravata que parecía la arenga de un general cutre. Este blog se inició para hablar de mis andanzas con la esclerosis múltiple y me da que últimamente no está precisamente en el centro de la diana, el estancamiento de la evolución de la enfermedad tiene mucha culpa. La medicación funciona bien, eso es lo importante, aunque se perfectamente que no puedo volver a ser el de antes, ni de coña vamos.
No creáis que mi trabajo no da frutos, recientemente he acabado con los últimos reductos que quedaban con publicidad en mi navegación internetera, el filtrado informativo no está exento de matraca porque viene de dispositivos que no son míos y es imposible evitar que me llegue algo que no controlo. Siempre digo lo mismo, que no hago caso de nada y sin embargo se perfectamente que alguna cosa cala. Es inevitable ante el tsunami de información que tengo que capear y es una cosa muy triste que tenga que decidir si me creo o no cada noticia que me llega, agotador.
Llevo mucho tiempo sin leer e incluso tengo libros con su celofán y todo, la neuritis óptica brutal del ojo derecho antes de mi diagnóstico dejó muy tocada mi visión con el contraste del papel. Con la pantalla del pc me arreglo y tengo que andar muy al loro conduciendo de noche por lo que me gasté una pasta con las bombillas más potentes que había para mi coche. En estos dos últimos años y ante la sorpresa de mi oftalmólogo la lesión ha mejorado, no descarto mi vuelta a la lectura aunque no creo que pueda realizar sesiones largas. Me sacaría de mis escondites actuales y quizás las redes sociales caigan al pozo de los recuerdos, no creo que pase porque las tengo muy minimizadas y apenas posteo, además he incrementado las visitas a blogs.
Soy solo un puñetero enfermo crónico más con la misma importancia que el resto de mis colegas, mis chorradas carecen de audiencia, estos post no pasan de cuarenta visitas y han llegado allí en momentos muy puntuales. Mola ver que hay gente que se molesta en leerlos, a mi me resultan muy útiles porque me permiten poner en orden mis ideas aunque tal y como están las cosas el asunto se presenta muy dificultoso, por supuesto meto la pata hasta el fondo con algunas ocurrencias. Nada nada, ahí voy a seguir haciendo “bee” metido en el rebaño, contar conmigo porque como miembro del grupo comprendo perfectamente a cualquier crónico, algo que la enorme mayoría de sanos son incapaces de procesar.
Redactar posts es una actividad que me proporciona refugio, me hace pensar y eso es muy bueno porque por lo que veo en el ambiente no es una actividad muy habitual. La vida moderna no deja muchos rincones para la reflexión y en ese sentido soy afortunado porque dispongo de tiempo de sobra para hacerlo, otra cosa es la putada que me permite tenerlo. Mi esclerosis múltiple ya ha superado la década y por supuesto en ese período ha habido bajas en el entorno, es mucho mejor mirar la parte positiva y es que la generación posterior a la mía nos ha inundado de nenes, la hostia que rápido crecen los cabrones.
Menos mal que todavía puedo disfrutar un poquillo de la vida a pesar de toda la movida que nos tienen montada para amargarla. Todas esas majaderías que pasan por mi cabeza se encuentran actualmente con un tope, una barrera infranqueable que se llama Tecfidera que por ahora le tiene puestas las pilas a la esclerosis múltiple. Eso no quiere decir que la enfermedad no avance, cada día que pasa me encuentro más torpe, por ejemplo en el teclado que antes tenía bajo control tengo cada día más fallos de pulsación con un toquecito de dislexia. Me da que la secundaria está al acecho y un día de estos la neuróloga emitirá un fallo irreversible cuando observe los detalles de mis movimientos y vea cosas que yo soy incapaz de percibir.
No sé que hago valorando mi vida como lo hacía cuando estaba sano y activo, no es que la cosa se haya ido a la mierda sino que ha cambiado de agua a vino, debería estar más atento a otros asuntos y dejar la actualidad en el cesto de la ropa sucia que es el lugar donde merece estar. Viendo lo que la naturaleza ha hecho con mi vida no tengo ninguna duda de que si le hace falta pondrá en orden todo lo que no cuadre. Desengancharse de todo es una posibilidad muy tentadora pero tiene una pega muy gorda: te mueres. A pesar de mi avería no dejo de ser un individuo normal y corriente, ya hay demasiado supermán por ahí. Poner las actividades en orden es algo que ya he realizado varias veces a lo largo de la vida, deshacer esos entuertos también es algo habitual aunque uno se hace mayor y se van dejando las chorradas.
Todo me parece criticable, incluso mi manera de hacer las cosas merece un repaso y a veces lo necesita a fondo. Trato de realizar las cosas tranquilo y con humor sin poder evitar meter la pata, la inteligencia tiene sus topes y también me doy cabezazos contra ellos. Ahora es divertido observar las quejas de la gente por los bulos, las mentiras y la corrupción... voy a cumplir los sesenta y cuando estaba en preescolar todo eso ya existía, no se de que protestamos. Ánimo colegas todo esto ya pasará, a lo mejor nuestros retataranietos pueden atisbar algún resquicio.
Me he dado cuenta de que tranquilizar a mi cerebro es un trabajo
arduo de cojones. Admiro a esa gente a la que se la sopla todo y
se toca los cojones durante todo el día, no suelen tener una vida
ordenada y acaban muy mal pero se lo pasan chupi.
Mis padres no fueron tontos y lo que aquí no les daban se fueron
fuera a buscarlo y me fabricaron allí. Lástima que no se quedasen
en Alemania, yo seguiría siendo el tonto de turno, eso si: un tonto
con mercedes.
Me da que aquí estamos pagando la enorme factura que ha generado
el disparate educativo que ha hecho más importante tener un crucifijo
en el aula que resolver ecuaciones de primer grado.
Como siempre he mezclado churras con merinas así que la animación
tiene que mostrar que siempre siempre las apariencias engañan, que
pocholada es la protagonista pero que aterradora es la realidad que
esconde.
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